29 de enero de 2014

Twenty.

Año 200X, pasado.
Mañana. Una preadolescente enciende la tele de su casa, coge el mando y comienza a hacer zapping. Se detiene en un canal en el que echan un programa sobre música. Varias canciones suenan con sus respectivos videoclips. De repente suena una que le llama la atención. Se queda muy pendiente de dicha canción, y del videoclip. El cantante va vestido de una manera muy extraña, pero es guapo, sí, es mono. El resto de personas que actúan en el videoclip van vestidos de una manera muy similar a él. Todo es muy raro: los componentes del grupo, los actores, las vestimentas, el escenario… todo. Menos la canción. La canción es chulísima, mucho. Tiene un estilo y un ritmo que ella jamás había escuchado. La canción acaba, no le da tiempo a ver el nombre de ésta, ni el del grupo. Una pena… o no, puesto que, sin saberlo, la melodía, el escenario, la vestimenta, el cantante… todo se ha quedado grabado en su cabeza.

Año 2014, presente.
Tarde. La chica tiene que hacer un trabajo para la universidad. Antes de ponerse manos a la obra enciende Twitter. Lee el siguiente tweet: “These songs have been stuck in my head all day. Had to download @PanicAtTheDisco”, que va acompañado de una foto en la que aparece una lista de las canciones del último disco del grupo. La chica decide darles una oportunidad, quiere grupos nuevos en su biblioteca. Abre YouTube y escribe ‘Panic! At The Disco’ en el buscador. La primera canción que aparece es ‘This Is Gospel’. La escucha. Le encanta. La segunda canción es ‘Girls/Girls/Boys’. La escucha. Le encanta. Abre una nueva pestaña en el navegador e investiga un poco más acerca de ellos. Copia el nombre de los cuatro discos que han sacado en el buscador de YouTube. Añade todas las canciones a una nueva lista de reproducción. La llama ‘Panic! At The Disco’. Escucha todos los discos esa misma tarde mientras termina el trabajo. No puede sacarse las canciones de su cabeza. Al día siguiente decide ver el videoclip de una de las canciones que más le han gustado, ‘The Ballad of Mona Lisa’. Se queda observando detenidamente el videoclip. Le suena. Le suena mucho. El cantante, la vestimenta, el estilo… Pero no, está equivocada, es imposible que sea aquella canción… El videoclip de aquella canción iba sobre una boda. Pero todo es tan similar… No sabe por qué pero está convencida de que el cantante es el mismo. Decide dejarlo estar. Unos días después abre un link que lleva directamente al videoclip de ‘I Write Sins Not Tragedies’. Y ahí está. Su mente vuela a aquel día, seis o siete años atrás, cuando estaba sentada en su sofá y decidió dejar aquel programa de música. Aquel día en el que escuchó por primera vez Panic! At The Disco.
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Estaba completamente segura de que la primera canción que había escuchado de P!ATD era ‘This Is Gospel’. Resultó ser la segunda. Y resultó que el destino me volvió a llevar hasta ellos para convertirlos en mi grupo favorito. Seis o siete años después han vuelto a mí, a pesar de que tantas cosas hayan cambiado en ellos desde entonces. Y ya no me importa que aquel día no me diera tiempo de ver el nombre de la canción o del grupo. Lo importante es que aquella melodía, aquel estilo, aquel cantante, aquel escenario… se me quedaron grabados en la mente. Hasta el día de hoy, que no sólo los llevo en la cabeza sino también en el corazón.

2 comentarios:

  1. Cuando el camino se bifurca no siempre significa elegir, a veces ambas opciones te llevan al mismo punto. En algunos casos la vida te lleva a donde deberías estar, y tu destino era conocer ese grupo, hace unos años o ahora.

    Genial relato :-)

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