Mirada al techo. Tras un intento de escribir lo que se le pasaba por la cabeza, al final desistió. Necesitaba sacar de dentro todo lo que en ese momento tenía en la mente, necesitaba liberarse de aquella carga emocional. Una lágrima, dos, tres... Cuanto más quería deshacerse algo, más le costaba. Por su mente pasaban a la vez mil recuerdos, mil fechas, mil frases. Y quería transmitir ese sentimiento de desesperación, quería poder describirlo porque sabía que de esa manera podría sentirse mejor. Pero le era imposible. Bloqueo. Tenía tantas cosas que contar que no le salía expresar ni una sola. Tantas cosas que decir, tantas cosas por explicar... el hecho de tener miles de emociones que exteriorizar es lo que hacía que no pudiera escribir ni una sola palabra. Quizá el silencio era el único que en aquel momento era capaz de decirlo todo... y a la vez no decir nada.
Tan sólo tres puntos suspensivos hubieran bastado para expresar cómo se sentía en aquel momento...
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