28 de noviembre de 2013

Seventeen.

Susurros. Voces en mi cabeza que susurran su nombre. Ganas de gritar. Mil deseos. Y mil sueños inalcanzables. Todos ellos lejos, muy lejos del horizonte más próximo. Luz al final del túnel. Pisadas que dejan de ser eso para pasar a ser alguien sentado en el suelo. Lágrimas. La melodía del posible adiós. Ese deseo de olvidar. Misteriosa fuerza que lo impide. Mirada perdida mientras pienso en ti. Un ciclo de síes y noes que se repite cada día. Tan pronto gris, tan pronto blanco. Una sonrisa. Hoy lo significa todo, tal vez mañana no signifique nada. Descontrol de sentimientos. Palabras que nunca sobrepasan el límite de transformarse en hechos. Pero mi nombre en tu boca suena tan bien. Sorpresas. Fotos. Y más susurros, y más voces, y sonrisas, y más luces, más horizontes, más sueños, deseos, y miradas que nunca llegan... Y cada vez las noches son más largas y los días más extraños.

Silencio entre nosotros. Un muro que se levanta delante de mí, sin poder hacer nada por evitarlo.
Y de fondo una canción que transmite todo aquello que yo jamás supe explicar.

6 de noviembre de 2013

Sixteen.

Es como si, de repente, volviera en mí y despertara de este sueño maldito por fin. Pero no... Este lugar se parece demasiado al mundo real. Miro a mi alrededor buscando una respuesta, pero más interrogantes aparecen delante de mí. ¿Cuándo despertaré? ¿Cuándo podré volver a sentir cordura? ...
Parpadeo rápido, sin motivo, sin razón que me guíe. Y dejo de sentir. Apoyo los pies en el suelo, cierro los ojos, los abro de nuevo y todo sigue igual.
Y entonces lo veo claro: esta pesadilla es el puto mundo real.